De startup a scaleup: cómo el mindset emprendedor me ayudó a escalar un negocio

Oscar Quevedo

Country Head de Chile y VP de Marketing @ Kushki

noviembre 05, 2020

Lectura de 4 minutos

La última vez que escribí fue del gran paso que dimos en nuestro viaje emprendedor: vender nuestra startup y comenzar a caminar de la mano de una pasarela de pagos regional y mucho más grande. Pero antes de eso, ya llevábamos un tiempo en el juego con distintos negocios, algunos exitosos y otros no tanto. La mentalidad y la resiliencia generada en todos estos años de lucha emprendiendo, nos ha servido a mi y al equipo para poder fluir en ambientes altamente cambiantes, dinámicos y desafiantes.

Todo ha pasado rápido y un poco de golpe, pero si algo hemos aprendido, es que es muy diferente crear una startup local a escalar un negocio regional. Uno no sucede sin la ayuda del otro: el camino del emprendedor te da las herramientas y más importante, la mentalidad, para poder hacer crecer una empresa aceleradamente.

Lo básico

Una startup es una pequeña institución o empresa que se mueve por un principio básico: resolver necesidades no satisfechas en la sociedad. Y no de casualidad, porque son esas necesidades naturales las que justamente se generan porque las grandes instituciones no son capaces de adaptarse lo suficientemente rápido a los cambios que vivimos día a día. Las startups, además, usan nuevas tecnologías y su elemento diferenciador es su capacidad de moverse rápido ¿Cuál es el gran objetivo de las startups? Encontrar un product market fit, es decir, un producto que solucione un problema del mercado.

Es ahí cuando viene el punto de inflexión. Es ese minuto donde el mercado necesita más de tu producto de lo que tu pequeña empresa puede proveer, donde se genera el primer gran Black Swan, un evento impredecible que se sale de lo normal ¿Qué significa todo esto? La startup despega y se convierte en lo que muchos llaman una scaleup o high growth firm.

¿Una scaleup?

Seguro te estarás preguntando qué es ese concepto. Una scaleup es una institución que tiene como único objetivo el crecimiento. Según organizaciones como la OCDE o Endeavor, son este tipo de empresas las que realmente generan impacto en los países y mejoran las economías al proveer gran cantidad de empleos. Se definen como aquellas que tienen al menos 10 trabajadores formales y han experimentado una tasa de crecimiento acumulado de al menos 72% durante tres años consecutivos (o una tasa anual promedio de 20%).

Las scaleups usan su producto y su modelo de negocio ya validado para agarrar el mayor volumen de participación en el mercado. Pero algo tienen de startup también, pues buscan mantener la agilidad para poder adaptarse lo mejor posible a un crecimiento vertiginoso. Son lo que hace algún tiempo fueron Google, Amazon, Tesla y muchas más. Ambiciosas en su esencia, quieren romper barreras y tender a monopolios. Para eso, usan financiamiento, tecnología y capital humano. Todo para mantener el crecimiento exponencial.

Suena como un caos, y en cierta medida, lo es. Pero es un buen caos, del tipo que logra soluciones genuinas a problemas dinámicos, que son cada vez más grandes. Es el tipo de caos que saca lo mejor de algunos y a otros los invita a adaptarse o a dar un paso al costado. Y es que en esta etapa hay múltiples variables: trabajamos en sistematizar los procesos que en la fase de startup se hacían de forma manual, en escalar las ventas para llegar aumentar nuestro alcance, en robustecer nuestro producto para responder a la nueva demanda, en estructurar la cultura para atraer el talento correcto y en aumentar el sentido de pertenencia de las nuevas personas que se unen al equipo.

Es un minuto de cambio de prioridades, donde la pregunta pasa de cómo conseguimos más recursos (dinero, advisors, talento) a cómo podemos usar esos recursos para poder generar un mayor impacto.

Escalar sin morir en el intento

Para crecer así de rápido la institución tiene que lograr adaptarse de buena manera. En un ambiente dinámico y veloz como este, eso se logra entregando un sentido de pertenencia a las personas con las que trabajamos. Es importante generar autonomía, porque de la mano con el crecimiento, los roles van cambiando y las responsabilidades aumentan.

Llega un punto donde recibes nuevos compañeros todas las semanas, pasan y pasan cosas que están fuera de nuestro control. El ejemplo más claro es la pandemia del Coronavirus. Es algo con lo que hay que lidiar, y rápido. Hay desorden y hay caos, pero del tipo que genera resultados, personas motivadas y más importante aún felices con su trabajo. Como en todo, hay días buenos y días muy malos, eso es lo que lo hace emocionante.

Los fundadores ya no son los únicos que crean las dinámicas y toman decisiones. En ese crecimiento, hay varios modelos validados para lograr participación en el mercado y seguir desarrollando un producto escalable. Pero independiente de la estrategia, hay aspectos esenciales de los que hay que preocuparse:

  • Primero, el punto clave para poder crecer: financiamiento. Las scaleups usan recursos externos para apalancar su escalamiento exponencial. Si la empresa decide no tener financiamiento externo desacelera su crecimiento. No tiene nada de malo, solo que no sería una Scaleup.
  • Segundo, la cultura. A medida que se escala rápidamente y los desafíos van aumentando, es importante mantener el alma de la startup que una vez fuiste. Si no hay claridad de eso, es fácil que tus valores y tus objetivos se vayan desdibujando en el camino y que las decisiones no vayan acorde a eso.
  • Tercero, las contrataciones, uno de los mayores desafíos. Es clave tener gente resiliente y dinámica, que tenga la capacidad de adaptarse a entornos cambiantes. Esto no es para todos, y eso está bien, solo hay que saber reconocerlo al minuto de ampliar los equipos.Dejemo
  • Cuarto, gestión del caos. Un poco de caos es positivo, le da dinamismo al ambiente de trabajo y ayuda a seguir avanzando. Lo importante es tenerlo bajo control y desarrollar herramientas que permitan que cada uno haga su trabajo de la mejor manera, incluso en momentos caóticos.

Y por último, hay un montón de preguntas de las que no tengo la respuesta. Nadie nace sabiendo cómo escalar un negocio. Las interrogantes son miles, y van sumándose en el camino, pero siempre con un objetivo claro: lograr cohesión en el equipo para sacar el potencial de este, para así lograr el mayor impacto posible y ayudar a nuestra región a desarrollarse.

Si te gustan los negocios tradicionales, la estructura y lo conocido, trabajar en una scaleup no es para ti, pero si los desafíos te llaman, los ambientes cambiantes te entusiasman y fluyes en el cambio no puedo si no recomendarte trabajar en una scaleup, que llene tu vida de emoción e innovación.

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